“El Mono transparente en Paraty”. Acuarela a pincel y lápices acuarelables, el mono está dibujado aparte en un calco, calcado sobre la acuarela con carbónico negro y retocado con birome negra y lápiz acuarelable. Medidas: 30 cm x 40 cm. Papel Arches. 300 gramos.
El Misterio de Prilidiano. La pista del Brasil.
Cuando estaba prácticamente demostrada la ubicación topográfica de “Un alto en el camino”, situada casualmente cerca de mi casa, a trescientos metros del cauce del arroyo Medrano. El Mono Transparente, se mandó a mudar al Brasil. Incluso ya estaba determinado que si la familia de la carreta, venía de las Lomas del Morón deberían ver el río sobre el horizonte, mientras que otro autor sugiere que se ven los bajos y el río a la derecha, lo cual es falso porque no se ve nada y si el río estuviera a la derecha, la carreta vendría desde el Sur. Bueno, ante la deserción del Mono el lugar exacto quedará por determinar.
El Mono, este indisciplinado asistente es una curiosa creación de los sabios bonaerenses en el Instituto de Rayos Catódicos, la entidad rastrea las intenciones o inclinaciones o derivaciones o insinuaciones o situaciones que quedan ocultas en el espectro fino y profundo de las pinturas de los artistas, llegando incluso a conocer detalles de su biografía. Este Mono es el primer prototipo y fue probado en EEUU con la pintura de Edward Hopper y direccionó la investigación hacia las pulsiones ocultas del artista, que resultaron ser las sexuales. Luego supimos que eran también las inclinaciones del Mono. Ahora nos vino con que en el Brasil, en la mejor época del año para disfrutar, hay una pista firme, nos negamos furiosamente a ese cambio repentino en la investigación del Misterio de Prilidiano, pero el Mono hace un poco lo que quiere porque goza de libertad en el mundo espectral donde vive. Así que cuando le dijimos que parecía que se iba de vacaciones, nos dijo que también, y como era Mono gustaba de la selva y como era transparente sólo se bañaba en aguas de la misma calidad, transparentes. Y por eso se iba a Paraty en el límite sur del Estado de Rio de Janeiro. ¿Pero qué tiene que ver esto con los Pueyrredón?
En el año 1841, el General Tomás Guido es nombrado por Juan Manuel de Rosas, Embajador Plenipotenciario ante el Imperio del Brasil. Pueyrredón y Guido eran muy buenos amigos, desde las Invasiones Inglesas se conocían, con San Martín, gran amigo de Guido, son los responsables de la Liberación de Chile y Perú. Además entre ellos fundaron la Logia Masónica Lautaro. Hay muchísima documentación sobre esta relación. Es más, hay una piedra antigua en la vereda de la Quinta de Pueyrredón con el nombre de Guido. Es justamente esta relación la que lo lleva a Juan Martín de Pueyrredón, a dejar su autoexilio en parís y bajar hasta Río de Janeiro para que Guido interceda ante Rosas para que no se le incauten más propiedades al ser su familia de origen francés, país que estaba bloqueando el Río de la Plata. Pero además el problema, era que hermanos de Juan Martín de Pueyrredón, eran notorios unitarios y algunos desterrados, cuando él había optado por un exilio dorado en Paris y veranos en Cádiz, donde tenía sus asientos la próspera empresa familiar de cueros, para no tener problemas con Rosas. Los Pueyrredón estuvieron tres años en el Brasil. La intermediación del General Guido funcionó ya que luego de otra estadía en Paris, entre 1844 y 1849 para que Prili hiciera el Polytecnique, Juan Martín y la familia volvieron a la Argentina. El prócer a morir en San Isidro. Prilidiano a pintar a Manuelita, la hija de Rosas que está en el billete de 20 pesos que ya no vale nada, seguramente un encargo de agradecimiento por la tolerancia rosista y a enamorarse de una prima cuya madre lo despreció, hundiéndolo en el resentimiento y otras penurias psicofísicas, hasta morir de diabetes a los 47 años. Pero es muy raro que no existan noticias sobre Daniel Guido Spano, hermano mayor de Tatita y de la misma que Prili, que también viajó a estudiar Medicina a Paris y murió en 1848, antes que su hermano, Carlos pudiera llegar en su ayuda. Guido Spano estuvo en Paris y encontró a su hermano muerto, se habla de enfermedad pero el poeta en su autobiografía escribe que murió en un bosque cerca de Nantes. Es raro que los Pueyrredón no hayan tenido participación o noticias dado que el mejor amigo de Prili era un tal Albarellos, estudiante de medicina como Daniel Guido Spano.
Pero volviendo a Río de Janeiro en 1841, con las dos familias reunidas, el General Guido tenía 53 años, Juan Martín de Pueyrredón 64, Prilidiano 18 años y mi tatita, Carlos Guido y Spano 14 recién cumplidos. Tatita tenía dos hermanos mayores, José Tomás y Daniel, y todos con la madre formaban en ese momento una familia feliz, esos años en Brasil fueron gloriosos, hasta la muerte de Daniel y hasta que los Guido fueron prácticamente expulsados, al entrar en conflicto la Confederación con el Brasil. En esos tres años los Guido y los Pueyrredón asistieron al coronamiento de Pedro II de Alcántara y formaron parte de su Corte ilustrada, de su atmósfera tolerante. Pedro II abolió la esclavitud, organizó una monarquía parlamentaria, aplicó conceptos económicos novedosos y fue amante de las artes y las ciencias. Fue derrocado con un golpe de estado. Pero antes de ser derrocado, en 1844, derribó la antigua Paraty, para construir la nueva Paraty, a la que el Mono Transparente se ha ido de veraneo. Algo olfateó entre tanta hojarasca histórica. Pero, ¿por qué Paraty? En esos dos años de convivencia las dos familias tuvieron sus historias, esa es la Tesis del Mono Transparente.
Termino esta entrega con un poema que mi tatita le escribió a Río de Janeiro cuando era viejo, recordaba esos 10 años de adolescencia feliz, gozosa y algo disoluta, sabía que nunca iba a volver a Río ni a disfrutar las mieles de la juventud.
Río de Janeiro
¿Qué podré yo decir en tu alabanza.
Tierra de luz, de paz, de poesía.
En que se abrió la flor de mi esperanza.
Que hoy su perfume al expirar te envía¡
Quizá ya nunca, pues el tiempo avanza,
Volveré a ver tu cielo, tu bahía,
¡OH princesa del valle florecido
Cuyos pies besa el mar, que la alta cima
refleja tus montes seculares¡
Aunque ausente de ti, jamás te olvido
pues de mi alma el amoroso clima
está donde susurran tus palmares¡
Carlos Guido y Spano
“se abrió la flor de mi esperanza”, qué habrá querido decir mi tatita. Continúa…
Acuarela y texto: Alfredo Benavidez Bedoya. Derechos reservados.