El Misterio de Prilidiano.

El Misterio de Prilidiano

es un sitio dedicado a descubrir el misterio de Prilidiano Pueyrredón, con la ayuda inestimable del Mono Transparente, entidad descubierta por los sabios de la Provincia de Buenos Aires en el muy famoso Instituto de Rayos Catódicos. Dicho Instituto pudo mediante los mencionados rayos, descubrir entidades transparentes en el espectro fino de las pinturas. Entidades que responden a las pulsiones primarias de los artistas, y quedan en la memoria de la Materia por ellos organizada en perfectas armonías y por eso son convalidadas por el público, como funcionales para la preservación de la Especie, al consagrarlas a la admiración y el deleite de las masas. El citado Mono Transparente, fue ofrecido a los EEUU de Norte América como parte del pago de la deuda externa de nuestra patria. Actualmente se encuentra en viaje de estudios en el Río de La Plata, su lugar de origen en realidad; el viaje es financiado por el Whitney Museum para alejarlo de la pintura del artista Edward Hopper, la cual estaba evidenciando una intensidad erótica inusitada, intensidad atribuida a las pulsiones, no solamente de Edward Hopper, sino también a las del Mono Transparente. A esas pulsiones infecciosas, tratarán de domesticar los sabios bonaerenses, mientras tanto el engendro por ellos descubierto, por puro instinto develará el Misterio de Prilidiano.

domingo, 3 de diciembre de 2017

La ninfa de la bañera y el indio Tupí.

La ninfa de la bañera y el indio Tupí.  2017.
Las pesadillas de Prilidiano.
Siempre gracias a ese fenómeno espectral llamado el Mono transparente, creado por los sabios de la Provincia de Buenos Aires en el Instituto de Rayos Catódicos. Solamente gracias a esa entidad hoy podemos descifrar otra pesadilla del artista fundacional Don Prilidiano Pueyrredón. El Mono Transparente explora y descubre las intenciones y pesadillas de los artistas, depositadas y demoradas en la materia física de sus obras de arte, y es en esa materia en la cual el mencionado Mono al final de sus búsquedas, encuentra las pesadillas pegadas a los átomos de la materia como un moco psicológico inmundo olvidado por el autor de la obra.
Desentrañar semejante residuo viscoso y espectral es también tarea del mencionado Mono. Y sus conclusiones, siempre controversiales, las vuelca en informes que deben a su vez ser reinterpretados para evitar las tendencias y pulsiones sexuales y de otros tipos inconfesables, que aquejan al reiterado Mono.
En este caso el grabado ilustra una pesadilla de Prilidiano Pueyrredón donde aparecen algunas de sus obras. Seguramente tuvo esta pesadilla mientras pintaba una de ellas.
Aparece la pre gorda blanca y nacarada de “El baño”, 1865, 101 cm x 126 cm. Óleo sobre tela. Museo Nacional de Bellas Artes. Aparece la blanca ninfa en el baño, en la bañera o bañadera de chapa esmaltada de blanco también. Aparece bogando por el río Luján en bañera blanca y amenazada por un indio Tupí. Y lo llamo indio sin corrección política estúpìda alguna, porque ellos mismos se llamaban a sí mismos Indios. Porque se querían diferenciar de los europeos, de aquellos que no eran de “las Indias”. El indio Tupí por tanto, apunta su arco para amedrentar a la blanca nacarada y cautivarla, hacerla cautiva suya.
Es el eterno robo venéreo, el eterno secuestro vaginal, el terror de las familias indias y europeas. La búsqueda del mestizaje o su inmediato repudio del mismo. Porque todos cautivaban, violaban y robaban niños para luego esclavizarlos. Los tehuelches les cortaban el tendón de Aquiles a las mujeres blancas para que no escaparan. Y los blancos presionaban a las chinitas para el derrame venéreo que traía muchos criollitos a estas pampas. A sus propias mujeres los indios las trataban como a perras y en general las cambiaban por dos caballos. Mientras tanto los castizos celaban y vestían sus mujeres como hoy hacen los árabes radicales, y vivían con el pavor en el rostro ante el malón y las cautivas robadas.
Aparece en la pesadilla el mismo Prili asomando la cabeza desde unos arbustos en la otra orilla, con su clásico panamá para tapar la pelada y su barba bohemia “a la francesa” como era él según muchos testimonios. Hay varios autorretratos de Prili con sombrero, uno de ellos es una acuarela mientras mata gallináceos con escopeta. Habrá vestido con sus ropas a un peón para que le posara? Para luego agregarle a la obra su cara regordeta? Todo lo averiguará el Mono Transparente hasta descifrar el Misterio de Prilidiano. Y al perro como lo paralizó?
Esa aparición de “voyeur” (otra vez a la francesa) se produce en “Bañistas en el río Luján”. Sin datación. Óleo sobre cobre. 30,50 cm x 42,8 cm. Colección privada. Se lo ve a Don Prili mironeando desde la otra orilla a dos hermosuras blancas, una en el agua, y la otra a punto de despojarse de su larga camisa blanca. Son idénticas de cara. Parecen la misma, lamentablemente nos falta la tercera ya desnuda con el agua a media pierna. Son dos secuencias que piden la tercera intermedia, que me comprometo a realizar para seguir develando el Misterio de Prilidiano.
Un tema “clásico” en el río Luján, ninfas sorprendidas durante el baño, Susana y los viejos mirones, Diana sorprendida. Ninfas sorprendidas por quién? Por los sátiros flor de flauta como Prili. O también por los tupíes, porque la ciudad de Luján fue antes que nada reducción de indios amigos, cercanos a Buenos Aires, y que se protegían mutuamente con el blanco huinca de los indios bravos de la pampa profunda. Aunque la carne es débil y dos ninfas blancas en el baño pintadas sobre cobre bien valen un malón o por lo menos un millón en la subasta de arte.
Aparece por último un sapo de aspecto muy desagradable. Con un vientre testicular y verrugas piramidales, éste reptil orillero pariente del sapo cancionero, no es otro que el alter ego alfa macho de Prilidiano poronga nomás. Su actitud impotente ante la osadía insolente del Tupí al arrebatarle la ninfa de la bañera es elocuente, y muestra que la Conquista por las buenas o por las malas es siempre relativa. Porque nadie queda igual después de un malón o de una carga de caballería.
Otro detalle ya repertoriado por el Mono Transparente es que la ninfa de la bañera es la misma mujer que posa para “Señora cosiendo un pollo”. Amante? Modelo? Ambas cosas?. Muy sexual la señora con la gallina en la mano.
He sabido de primera fuente (el historiador Roberto Elizalde) que van a publicarse las cartas de Prilidiano con su mujer gaditana. Alejandra Heredia, la madre de su única hija.
Son cartas según el historiador citado de una crudeza inusual en los temas íntimos. Habrá novedades en el Misterio de Prilidiano.
El presente relato está compuesto a partir de los trascendidos de fuentes del Instituto de Rayos Catódicos, las cuales agregan que el Mono Transparente encontró además, abundante material biográfico de naturaleza explosiva, pero debe por ahora mantenerse secreta hasta ser corroborada.
Relato interpretativo y grabado: Alfredo Benavidez Bedoya.
Para más noticias sobre este tema y otros conducentes a develar el Misterio de Prilidiano dirigirse a:

jueves, 27 de abril de 2017

“Prilidiano copulando con Manuelita.”


“Prilidiano copulando con Manuelita.”
Prilidiano Pueyrredón copulando con Manuelita Ortiz de Rosas, a pesar del miriñaque y con motivo de las poses realizadas para el retrato oficial de la hija del Restaurador de las Leyes y de las Reglas y que ejecutara el ilustre Maestro Prili y que hoy ornamenta el billete de 20 pesos.
El miriñaque era un disparate
que inflaba el globo pasional
que la bella calzaba bajo falda
que el galán buscaba superar.
Campana de caña flor invertida
cesta donde pasean las piernas
antecámara de la orquídea roja.
Era húmeda arquitectura sexual
copa de licor vaciada adentro
de la más feliz de las amantes.

Dibujo y copla atrevida: Alfredo Benavidez Bedoya.

jueves, 20 de abril de 2017

Yacaré de Curupaytí.


“Yacaré de Curupaytí”.
Yacaré de la zona de Curupaytí comiendo el brazo del Soldado Teniente Don Cándido López.
Las pinturas de Cándido López que conserva el Museo Nacional de Bellas Artes, y las dos piezas claves de Prilidiano Pueyrredón: Un alto en el camino y El rodeo, llegaron a la colección porque quedaron en la casa de Cándido López. Parecen ser las únicas pinturas con formato topográfico al ser tan apaisadas de Prilidiano. Podrían haber sido una contribución pictórica de Prili hacia Cándido, que comenzaba con la ingrata tarea de plasmar con el otro brazo el testimonio visual de la guerra.
Dibujo: Alfredo Benavidez Bedoya