El Misterio de Prilidiano.
El Misterio de Prilidiano
es un sitio dedicado a descubrir el misterio de Prilidiano Pueyrredón, con la ayuda inestimable del Mono Transparente, entidad descubierta por los sabios de la Provincia de Buenos Aires en el muy famoso Instituto de Rayos Catódicos. Dicho Instituto pudo mediante los mencionados rayos, descubrir entidades transparentes en el espectro fino de las pinturas. Entidades que responden a las pulsiones primarias de los artistas, y quedan en la memoria de la Materia por ellos organizada en perfectas armonías y por eso son convalidadas por el público, como funcionales para la preservación de la Especie, al consagrarlas a la admiración y el deleite de las masas. El citado Mono Transparente, fue ofrecido a los EEUU de Norte América como parte del pago de la deuda externa de nuestra patria. Actualmente se encuentra en viaje de estudios en el Río de La Plata, su lugar de origen en realidad; el viaje es financiado por el Whitney Museum para alejarlo de la pintura del artista Edward Hopper, la cual estaba evidenciando una intensidad erótica inusitada, intensidad atribuida a las pulsiones, no solamente de Edward Hopper, sino también a las del Mono Transparente. A esas pulsiones infecciosas, tratarán de domesticar los sabios bonaerenses, mientras tanto el engendro por ellos descubierto, por puro instinto develará el Misterio de Prilidiano.
jueves, 20 de abril de 2017
Yacaré de Curupaytí.
“Yacaré de Curupaytí”.
Yacaré de la zona de Curupaytí comiendo el brazo del Soldado Teniente Don Cándido López.
Las pinturas de Cándido López que conserva el Museo Nacional de Bellas Artes, y las dos piezas claves de Prilidiano Pueyrredón: Un alto en el camino y El rodeo, llegaron a la colección porque quedaron en la casa de Cándido López. Parecen ser las únicas pinturas con formato topográfico al ser tan apaisadas de Prilidiano. Podrían haber sido una contribución pictórica de Prili hacia Cándido, que comenzaba con la ingrata tarea de plasmar con el otro brazo el testimonio visual de la guerra.
Dibujo: Alfredo Benavidez Bedoya