La ninfa de la bañera y el indio Tupí. 2017.
Las pesadillas de Prilidiano.
Siempre gracias a ese fenómeno espectral llamado el Mono
transparente, creado por los sabios de la Provincia de Buenos Aires en el Instituto
de Rayos Catódicos. Solamente gracias a esa entidad hoy podemos descifrar otra
pesadilla del artista fundacional Don Prilidiano Pueyrredón. El Mono
Transparente explora y descubre las intenciones y pesadillas de los artistas,
depositadas y demoradas en la materia física de sus obras de arte, y es en esa
materia en la cual el mencionado Mono al final de sus búsquedas, encuentra las
pesadillas pegadas a los átomos de la materia como un moco psicológico inmundo
olvidado por el autor de la obra.
Desentrañar semejante residuo viscoso y espectral es
también tarea del mencionado Mono. Y sus conclusiones, siempre controversiales,
las vuelca en informes que deben a su vez ser reinterpretados para evitar las
tendencias y pulsiones sexuales y de otros tipos inconfesables, que aquejan al
reiterado Mono.
En este caso el grabado ilustra una pesadilla de
Prilidiano Pueyrredón donde aparecen algunas de sus obras. Seguramente tuvo
esta pesadilla mientras pintaba una de ellas.
Aparece la pre gorda blanca y nacarada de “El baño”,
1865, 101 cm x 126 cm. Óleo sobre tela. Museo Nacional de Bellas Artes. Aparece
la blanca ninfa en el baño, en la bañera o bañadera de chapa esmaltada de
blanco también. Aparece bogando por el río Luján en bañera blanca y amenazada
por un indio Tupí. Y lo llamo indio sin corrección política estúpìda alguna,
porque ellos mismos se llamaban a sí mismos Indios. Porque se querían
diferenciar de los europeos, de aquellos que no eran de “las Indias”. El indio
Tupí por tanto, apunta su arco para amedrentar a la blanca nacarada y
cautivarla, hacerla cautiva suya.
Es el eterno robo venéreo, el eterno secuestro vaginal,
el terror de las familias indias y europeas. La búsqueda del mestizaje o su
inmediato repudio del mismo. Porque todos cautivaban, violaban y robaban niños
para luego esclavizarlos. Los tehuelches les cortaban el tendón de Aquiles a
las mujeres blancas para que no escaparan. Y los blancos presionaban a las
chinitas para el derrame venéreo que traía muchos criollitos a estas pampas. A
sus propias mujeres los indios las trataban como a perras y en general las
cambiaban por dos caballos. Mientras tanto los castizos celaban y vestían sus
mujeres como hoy hacen los árabes radicales, y vivían con el pavor en el rostro
ante el malón y las cautivas robadas.
Aparece en la pesadilla el mismo Prili asomando la cabeza
desde unos arbustos en la otra orilla, con su clásico panamá para tapar la
pelada y su barba bohemia “a la francesa” como era él según muchos testimonios.
Hay varios autorretratos de Prili con sombrero, uno de ellos es una acuarela
mientras mata gallináceos con escopeta. Habrá vestido con sus ropas a un peón
para que le posara? Para luego agregarle a la obra su cara regordeta? Todo lo
averiguará el Mono Transparente hasta descifrar el Misterio de Prilidiano. Y al
perro como lo paralizó?
Esa aparición de “voyeur” (otra vez a la francesa) se
produce en “Bañistas en el río Luján”. Sin datación. Óleo sobre cobre. 30,50 cm
x 42,8 cm. Colección privada. Se lo ve a Don Prili mironeando desde la otra
orilla a dos hermosuras blancas, una en el agua, y la otra a punto de
despojarse de su larga camisa blanca. Son idénticas de cara. Parecen la misma,
lamentablemente nos falta la tercera ya desnuda con el agua a media pierna. Son
dos secuencias que piden la tercera intermedia, que me comprometo a realizar
para seguir develando el Misterio de Prilidiano.
Un tema “clásico” en el río Luján, ninfas sorprendidas
durante el baño, Susana y los viejos mirones, Diana sorprendida. Ninfas
sorprendidas por quién? Por los sátiros flor de flauta como Prili. O también
por los tupíes, porque la ciudad de Luján fue antes que nada reducción de
indios amigos, cercanos a Buenos Aires, y que se protegían mutuamente con el
blanco huinca de los indios bravos de la pampa profunda. Aunque la carne es
débil y dos ninfas blancas en el baño pintadas sobre cobre bien valen un malón
o por lo menos un millón en la subasta de arte.
Aparece por último un sapo de aspecto muy desagradable.
Con un vientre testicular y verrugas piramidales, éste reptil orillero pariente
del sapo cancionero, no es otro que el alter ego alfa macho de Prilidiano
poronga nomás. Su actitud impotente ante la osadía insolente del Tupí al
arrebatarle la ninfa de la bañera es elocuente, y muestra que la Conquista por
las buenas o por las malas es siempre relativa. Porque nadie queda igual
después de un malón o de una carga de caballería.
Otro detalle ya repertoriado por el Mono Transparente es
que la ninfa de la bañera es la misma mujer que posa para “Señora cosiendo un pollo”.
Amante? Modelo? Ambas cosas?. Muy sexual la señora con la gallina en la mano.
He sabido de primera fuente (el historiador Roberto
Elizalde) que van a publicarse las cartas de Prilidiano con su mujer gaditana.
Alejandra Heredia, la madre de su única hija.
Son cartas según el historiador citado de una crudeza
inusual en los temas íntimos. Habrá novedades en el Misterio de Prilidiano.
El presente relato está compuesto a partir de los
trascendidos de fuentes del Instituto de Rayos Catódicos, las cuales agregan
que el Mono Transparente encontró además, abundante material biográfico de
naturaleza explosiva, pero debe por ahora mantenerse secreta hasta ser
corroborada.
Relato interpretativo y grabado: Alfredo Benavidez
Bedoya.
Para más noticias sobre este tema y otros conducentes a
develar el Misterio de Prilidiano dirigirse a: